Desafortunadamente, granjas familiares, ranchos, y pequeños negocios en nuestro distrito enfrentan otra certeza igualmente previsible, pero más insidioso. En vez de traer vida, trae destrucción. Se llama el Impuesto de la Muerte (Death Tax).
Todos trabajamos duramente para asegurar un futuro mejor para nuestros hijos, con la esperanza de que disfruten el logro de nuestros esfuerzos. Desafortunadamente, el Death Tax es la causa principal de que muchos de estos negocios familiares no sean pasados exitosamente a la siguiente generación.
Ranchos familiares, granjas, y negocios muchas veces invierten fuertemente en terreno e infraestructura, haciéndolos “ricos en inventario” pero “monetariamente pobres.” Cuando llega el Death Tax, los herederos se ven enfrentados con una suma de impuestos insuperable, sin tener suficiente fondos para satisfacer al IRS.
Si ellos desean seguir manejando su granja, rancho, o negocio, tienen que elegir entre acumulando deuda a través de un préstamo, o vender parte de sus bienes o terreno, haciendo lisiar su habilidad de seguir operando. Esto lleva a menos productividad, y puede forzarlos a despedir a algunos de sus empleados. En algunas situaciones, su única opción es vender su negocio, cerrándolos completamente.
Y esto no sucede solo con granjas, ranchos, negocios que son heredados por primera vez. Esto sucede cada vez que se hereda. Considérelo. Estos mismos terrenos y bienes son gravados con un impuesto de 40% una y otra vez, con el simple hecho que fallezca el dueño actual. Esto es encima de todas las otras imposiciones de impuesto de venta y propiedad que se pagan a través de los años. Aunque este impuesto es desastroso para los negocios familiares, recauda muy pocas ganancias para la tesorería federal. A través de los últimos años, los recibos del Death Tax solo han sido un poco más que la mitad del 1% del total colectado por el gobierno federal, y contribuye a menos de dos días del gasto federal.
Léalo nuevamente. Los recibos del Death Tax equivalen a menos de dos días de gastos federales.
Yo no se dé usted, pero yo prefiero buscar la manera de cortar dos días de gastos del presupuesto federal ya malgastado, y dejar que estos fuerte trabajadores en los ranchos familiares, granjas, y negocios ahorren sus ganancias dignas. Ese dinero no es ni una peca en el presupuesto federal, pero puede hacer toda la diferencia del mundo para los miles de familias afectadas cada año – muchos de ellos viviendo aquí en nuestro distrito.
La importancia de la continuación de estos ranchos y granjas familiares va más allá de nuestro distrito. Estados Unidos no debe de depender en recursos ajenos para nuestra provisión de alimento. Esto también es un asunto de seguridad nacional. En esta semana, la Cámara de Representantes del EE.UU. está votando en un proyecto de ley bipartidista que revoque completamente el Death Tax. Yo soy un patrocinador de esta legislación y estoy ansioso por aprobar la primera ley que revocaría el Death Tax permanentemente. Esta legislación es otro ejemplo que demuestra que este congreso verdaderamente está trabajando para la gente americana y estamos realizando logros que parecían previamente imposibles.
En los Estados Unidos, el trabajar duro y tomar riesgos debe de ser recompensado, y no castigado. Debemos de hacer más para animar la iniciativa empresarial y dejar que familias incluyan a la siguiente generación en sus empresas. Aunque reformando el código de impuesto es una pieza importante, aboliendo el Death Tax es un buen primer paso.