La televisión estatal jordana dijo que al-Kasaesbeh, quien participaba en un bombardeo de blancos extremistas como parte de una coalición internacional encabezada por Estados Unidos, murió tal vez el 3 de enero, poco después de que su F-16 cayó en territorio controlado por el Estado Islámico.
"Cuanto más escabrosa la ejecución, más atención genera", dijo Brigitte Nacos, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Columbia.
"Cada vez que el presidente (Barack) Obama responde a los videos de sus matanzas... les da la sensación de que son un importante actor político con el que tienen que lidiar los otros actores", agregó.
El video incluyó técnicas de producción empleadas en otras filmaciones de esa organización. Pero a diferencia de los videos de decapitaciones en los que los rehenes o sus verdugos emiten mensajes, el video del piloto es más largo e incluye todo un relato y el uso de al menos cuatro cámaras, además de avanzadas técnicas de edición.
Tenía el logo del servicio de prensa de EI, al-Furqan, e imágenes del rey de Jordania cuando se comprometió a combatir al EI y cuando se reunió con soldados de Estados Unidos. Se vio al piloto explicando cuál era su misión el día en que su avión se estrelló. Al final se lo ve en una jaula al aire libre y a un individuo enmascarado que le prende fuego a un combustible que llegaba hasta él. Contiene además una lista de supuestos pilotos jordanos en la mira de la organización.
"Es lo más horrendo y aterrador que he visto del Estado Islámico en los dos últimos años. Es estremecedor", declaró Shiraz Maher, del Centro Internacional de Estudios de Procesos de Radicalización del King's College de Londres.
Nacos comentó que el video fue "filmado inteligentemente, con tomas desde distintos ángulos".
"Básicamente rechazan todo lo que es de Occidente, pero imitan todo lo que se puede aprender de los cineastas y los periodistas occidentales en cuanto al manejo de la prensa, escenificación, dirección y coreografía", agregó.
Nacos opinó que la brutalidad del video puede generar el rechazo de la opinión pública y de potenciales reclutas. El asesinato de al-Ksaesbeh fue condenado por clérigos musulmanes de toda la región, incluidos algunos ideólogos yihadistas.
Christopher Davidson, académico de la Durham University, dijo que el video no es una producción impecable, pero lleva "un fuerte mensaje político que puede impactar a jóvenes impresionables".
Hassan Hassan, analista del Centro Delma de Abu Dhabi, dijo que la captura de un piloto de la coalición internacional ofreció a los extremistas una inusual oportunidad de trasmitir un mensaje enérgico.
"Pudieron humillar no solo a Jordania, sino a la comunidad internacional que combate" al EI, expresó.
Aymenn al-Tamimi, experto en organizaciones extremistas islámicas, dijo que el video hace pensar que se pueden esperar acciones cada vez más escalofriantes a medida que los combatientes de EI, y sus partidarios, se insensibilizan ante el sufrimiento humano.
"Las decapitaciones se han venido dando con cierta frecuencia y ya no sorprenden a nadie", sostuvo al-Tamimi. "Por eso hicieron algo más radical".
Al-Tamimi afirmó además que EI tiene que ofrecer algo nuevo a sus partidarios, sus militantes e incluso la gente que gobierna actualmente, aunque sea para mantenerlos en un perpetuo estado de terror.
Maher estuvo de acuerdo.
"Cada vez que piensas que ya no pueden hacer nada peor, se salen con algo nuevo", afirmó.
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Por ZEINA KARAM, Associated Press
BEIRUT (AP) —
El video de la muerte de un piloto jordano al que se le prendió fuego en una jaula es de una brutalidad excepcional, incluso para la organización Estado Islámico, acostumbrada a realizar acciones crueles. Y refleja su decisión de intensificar una escabrosa campaña propagandística, según expertos.
Se confirmó además la impresión de que el soldado fue asesinado días o semanas antes de la distribución del video.
El video de 22 minutos que apareció en los portales el martes era un trabajo complejo, extravagante, cuya filmación y distribución tomó bastante tiempo, de acuerdo con entendidos.
Esto refuerza la creencia de que las demandas hechas la semana pasada de que se entregase un prisionero a cambio del teniente Muath al-Kasaesbeh fueron una maniobra cínica cuyo único fin era aumentar el drama, porque lo más probable es que para entonces el piloto ya estuviera muerto.