Narran quienes vivieron esta angustiosa situación, que alrededor de las 7:00 de la noche, el cielo se puso negro y se desató una furiosa tormenta que generó granizo, lluvia y vientos de mas de 200 kilómetros por hora, se hizo presente un tornado, lo cual no se había presentado nunca en la historia de las dos fronteras, sin darles tiempo de ponerse a salvo ó de rescatar sus pertenencias mas necesarias.
En aquel tiempo se habló de la pérdida de vida de diez personas, seis de ellas en Eagle Pass y cuatro en Piedras Negras, que apenas tres años atrás un 4 de abril del 2004 (04-04-04), sufrió una inundación al desbordarse el Río Escondido que dejó 38 fatalidades, cientos de heridos y pérdidas materiales por millones de pesos al arrasar con viviendas, vehículos, árboles y todo lo que encontraba a su paso.
El tornado de hace once años bajó a tierra en la comunidad de Villa de Fuente, derribando edificios por el rumbo del Laguito Mexicano, derrumbando el edificio de la Iglesia del Sagrado Corazón en donde solo quedaron en pié dos torres, para en-filar rumbo a las colonias Deportivo y Colinas 2 de Piedras Negras, donde derribó casas, bardas de material e incluso levantó autos que colocó unos arriba de otros, arrancando prácticamente además el techo de concreto de la Escuela Centenario.
De allí cruzó el Río Bravo para dirigirse al sector sur de Eagle Pass, donde devastó la escuela Elemental Rosita Valley, de donde apenas dos horas antes habían terminado sus labores escolares cientos de alumnos, que de esa manera no fueron dañados por la furiosa embestida del Tornado, que también arrancó de sus bases casas moviles y las hizo volar por el aire a muchos metros de distancia.
En cuanto a la trayectoria del fenómeno metereológico hubo cierta confusión en los primeros informes dados a conocer, pues incluso un funcionario del Departamento de Huracanes del National “Wheater Service”, dijo en una conferencia en Eagle Pass, que habían sido dos los tornados que “pegaron” en Eagle Pass y Piedras Negras, dando a conocer explicaciones científicas y fotografías que fueron captadas por aficionados en campo abierto de la ciudad.
Tanto en Eagle Pass como en Piedras Negras, se habilitaron refugios tempórtales y se recibió apoyo de autoridades de varios niveles, entre ellos la policía, departamento del Sheriff, Border Patrol, DPS, la Guardia Nacional y la Cruz Roja, mientras que en Piedras Negras la policía municipal, estata, federal, el Ejército y voluntarios se hacían cargo de la situación para auxiliar a los damnificados que fueron miles, y rescatar las pocas pertenencias que les quedaron.
A once años de distancia todo se ha normalizado en la dos ciudades, que rehabilitaron sus hogares y con el paso del tiempo han logrado restañar en parte las heridas y amargos recuerdos que les quedaron de aquella dolorosa situación que enfrentaron, pero que también sirvió para dejar establecida la solidaridad y espíritu de ayuda que aun prevalece en el ser humano.